
10,00€
La mañana en la que Fadinard va a contraer matrimonio, su caballo se come el sombrero de paja de una dama casada que mantiene un encuentro secreto con su amante militar. Ante el peligro de que el marido de ella pueda descubrir la infidelidad, la pareja obliga a Fadinard a encontrar otro sombrero exactamente igual. Y así el joven se verá inmerso en una búsqueda enloquecida por la ciudad precisamente en el día de su boda, seguido de su novia, de su futuro suegro y de todo el cortejo de invitados, en una concatenación de situaciones equívocas, a veces absurdas y llenas de humor.
Considerada como una de las cumbres del vodevil de mediados del siglo XIX, Un sombrero de paja de Italia es una comedia vertiginosa y delirante que contiene también una crítica inteligente y mordaz hacia las convenciones burguesas, y que continúa revalorizando su éxito en los escenarios contemporáneos.
Como señala la profesora Rosa de Diego en la presentación del volumen, en 1981 Denis Guénoun presentaba en el Cloître des Célestins de Aviñón, con la compañía L’Attroupement, una magnífica escenificación del texto que comentamos, un espectáculo que destacaba por el dinamismo del juego escénico, por el trabajo excelente del elenco, y por una puesta en escena sobria en extremo, pero que implicaba al espectador en la figuración de un viaje alocado por casas y calles de París, a la búsqueda de un sombrero de paja, siempre elusivo, como dotado de vida propia. Y así todo aquel ir y venir de la numerosa tropa parecía abocado a un cataclismo final, tal era la fuerza de aquella propuesta en que los problemas se encadenaban hasta conformar un enredo de tal calibre que, para quien no conocía el texto, solo el mecanismo del deux ex machina podría resolver, como así ocurre finalmente, aunque sin deux ni machina. Y es que el texto se construye así: cada problema genera un problema mayor, y el producto de la progresión configura, en palabras de Henri Bergson, una verdadera bola de nieve que parece conducir a una catástrofe de naturaleza inimaginable, devastadora en afectos y vidas. Si el espectáculo aquel enamoraba, el texto también encandilaba, y además de lo dicho, en su notabilísima riqueza sonora. Fue así como supe de la existencia de Eugène Labiche y de Marc-Michel.
Se trata de dos autores con una obra dramática tan extensa como aplaudida, que escribieron a dos manos numerosos títulos vinculados a un género que, en buena medida, ayudan a desarrollar y consolidar plenamente, el denominado “vodevil”, que se genera en Francia y que en los Estados Unidos de América conocerá un desarrollo propio, mucho más centrado en el encadenamiento de números musicales. En Francia se vincula al denominado “teatro de boulevard”, como bien explica Rosa de Diego, una de las líneas de creación literaria y escénica dominante en París desde el siglo XVIII, y que destacaba por su orientación popular y su vena crítica, sarcástica y provocadora, en su afán por recrear la vida y costumbres de la clase burguesa, con todos sus defectos.
El texto titulado Un sombrero de paja de Italia, comedia en cinco actos estrenada en 1851 en el Théâtre du Palais-Royal de París, se viene considerando como una de las mejores ejemplificaciones de un modelo de composición dramática en la que se mixturan con notable acierto las esencias del vodevil con las de la “pièce bien faite”, tanto en el diseño de personajes como en la configuración de la trama y de todas sus situaciones y conflictos, que se concatenan de forma magistral, lo que convierte su lectura en una aventura realmente trepidante. Viene a ser uno de esos títulos que justifican la idea de que la literatura dramática también se puede, y se debe, leer.
Como se señala en la capa del volumen, “la mañana en la que Fadinard va a contraer matrimonio, su caballo se come el sombrero de paja de una dama casada que mantiene un encuentro secreto con su amante militar”. Y entonces Fadinard se ve obligado a encontrar otro sombrero de paja y de Italia, para resolver el problema, justo cuando su suegro y su novia, con toda la comitiva de allegados e invitados, llegan de provincias para la ceremonia nupcial, con lo que los problemas, propios y ajenos, se amontonan. En la ideación de la trama, con sus encrucijadas y sus posibles soluciones, juega un papel importante el equívoco, lo que da lugar a situaciones un tanto absurdas, que también tienen su reflejo en los actos de habla de los personajes, tal y como ocurrirá bastantes años después con Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura. En la magnífica presentación del texto, Rosa de Diego explica detalladamente los diferentes recursos utilizados por los autores para generar ese mundo delirante y sin proporción, un huracán súbito de acciones, emociones y “parlaturas” (que diría Alfonso Sastre), y que en apenas un segundo amaina, con lo que la vida vuelve a su curso normal, anodino (o no tanto).
Si bien no hemos realizado una lectura comparada entre el original francés y esta traducción al castellano, podemos decir que estamos ante un trabajo magnífico, pues el texto se deja leer y se deja decir en voz alta con suma facilidad, sin que por ello se pierdan matices en las formas de habla de los personajes, pero además, lo que aún es más importante, sin que se pierdan las muchas excentricidades que las situaciones inesperadas ponen en boca de los personajes, y que tanto nos hacen pensar en lo que luego se denominará teatro del absurdo, pero también en las hilarantes situaciones y diálogos que recrean los Marx Brothers en sus películas. Como ejemplos, la fiesta en el salón de la Baronesa de Champigny, o las peripecias del Mirto en maceta del señor Nonancourt.
Como bien recuerda Rosa de Diego en la presentación, estamos ante un género que todavía hoy se considera “fácil y menor”, y sus autores, estos y otros, no gozan de un lugar visible en el Olimpo de las Letras. No obstante, se trata de textos magníficos, en ocasiones sumamente críticos, y especialmente aptos para poner a prueba capacidades y destrezas en dirección escénica, dramaturgia, escenografía o interpretación, pues son sumamente exigentes para todas las profesiones del teatro, y ante los que las ocurrencias de poco sirven, tampoco los clichés y estereotipos. Son clásicos, como tantos entremeses y sainetes, comedias burlescas y comedias de magia. Para rearmar los teatros, con teatro.
Manuel F. Vieites
Edición y traducción de Rosa de Diego.
Madrid, 2021. 168 págs.
ISBN: 978-84-17189-42-6