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Estas Cavilaciones siguen el pensamiento de su autor a lo largo de un año y medio de pandemia, que le llevan desde el aislamiento a su manera de entender el teatro, su espacio natural de trabajo: No aprendí a ser director en una escuela especializada, sino leyendo, siguiendo lo ejemplos de otros y contrastando con la experiencia, y, ahora, he decido ponerlo por escrito, en la esperanza de que pueda ayudar a otros más jóvenes. ¿Llegué a crear un método? Probablemente no pero sí, al menos un sistema de trabajo. La oferta de impartir clases en el Instituto del Teatro de Sevilla, me obligó a buscar una cierta sistemática.
Es un texto donde se entremezclan experiencias profesionales con textos conocidos, La casa de Bernarda Alba y El público de Lorca o La prima Fernanda y El hombre que murió en la guerra de los Hermanos Machado, con otras personales vividas o inventadas. Realidad y ficción se confunden para amenizar la didáctica de sus enseñanzas.
Las Cavilaciones teatrales de Pedro Álvarez-Ossorio se nos presenta como una continuidad y sobre todo profundización a su anterior publicación La vida es un sueño… de verano (De Esperpento a un teatro andaluz). Unas memorias profesionales, escritas junto a Pepa Sarsa, donde repasaba y analizaba su trayectoria a lo largo de cinco décadas de experiencia, y por ende del teatro andaluz desde la transición hasta nuestros días. Un trabajo fundamental para comprender sus múltiples facetas como director, gestor, autor, animador cultural, generador de proyectos y todo lo que se nos pueda ocurrir, pues las teclas que ha tocado Pedro en el terreno de las artes escénicas son múltiples y variadas.
La vida es un sueño… se presentó a principios de 2020. Estábamos a las puertas de ser golpeados por la pandemia Covid19 que nos dejaría aturdidos, atemorizados y enclaustrados en nuestros hogares. También a Pedro. Y de ese tiempo de espera y encierro surgen estas Cavilaciones teatrales. Según nos cuenta, esa época obligada de reclusión le dio las alas y espacio necesario para escribir y profundizar en su teatro. Cavilar, pensar, reflexionar, meditar… Su declaración de intenciones la expone desde las primeras líneas: busco adentrarme en la esencia del teatro y lo que viene a significar para mí, en los procedimientos y métodos que he venido aprendiendo con el tiempo para que, si bien, esta peste me aleja de la práctica escénica, no me impida reflexionar sobre ella.
Y así es como el autor nos ha regalado un libro diferente y sumamente atractivo. Lo organiza en dos partes que contienen veinticuatro capítulos, un epílogo, el cual viene a ser un veloz paseo sobre el tiempo pandémico vivido. Y por último, la versión que él mismo realizó de El hombre que murió en la guerra de Antonio y Manuel Machado y que también dirigió.
Las Cavilaciones teatrales las articula Pedro Álvarez-Ossorio desde una especie de sutilísimo diario de pandemia. Así van pasando los días, las relaciones familiares, las protecciones, la subsistencia, las comunicaciones con amigos, las decisiones políticas… Todo esto le sirve de hilo, un liviano amarre dramatúrgico, que a lo largo de los capítulos le ayuda y nos ayuda a mantenernos siempre en el espacio-tiempo de la realidad. La de la epidemia que existe mientras el autor va levantando estos textos. Pedro utiliza esta circunstancia con gran inteligencia para conducirnos amigablemente por sus cavilaciones teatrales.
Para ello utiliza personajes inventados o reales. Nos dice: No somos ni tu ni yo sino la trama que vamos construyendo. Ya lo vimos en su anterior libro, como hombre de teatro necesita el diálogo. Y crea interlocutores con los que hablar o jugar en la ficción y adentrarse en lo que es acción dramática, comunicación, recepción del público… etcétera, etcétera. Y todo ello condimentado con ejemplos de su dilatada experiencia en la dirección. O de su etapa de profesor de dramaturgia, dando, por ejemplo, claves para analizar textos literarios y hacer su conversión a dramáticos. O entregándose a una de sus pasiones, Federico García Lorca. Sobre el cual encontramos, entre otras cosas, un amplio y sugestivo estudio de la obra El público.
En la segunda parte Álvarez-Ossorio se centra en la dramaturgia de la representación. Nos presenta a sus maestros referenciales, Peter Brook y Giorgo Strehler. Se adentra en la búsqueda de su propia metodología. La relación del teatro con otras artes y lo que pueden aportarle. La mirada del espectador. El espacio y lo que este conlleva…
Para acceder a sus ideas Pedro se vale de su propia práctica y con claros ejemplos, a partir de montajes realizados por él, va adentrándonos en su poética de la creación. Se centra en dos espectáculos de los hermanos Machado que versionó y dirigió: La prima Fernanda y El hombre que murió en la guerra. Junto con Lorca los Machado son la trinidad de las debilidades del director y dramaturgo. Y quizá sean estos, sus dos montajes machadianos, donde mejor ha abordado y construido su dramaturgia de la representación.
Tal vez este libro tan peculiar se acerque a veces a lo que nos dice el propio autor: aquí hay un poquito de todo. O como le apunta uno de sus personajes: estás haciendo un viaje de introspección. Pero nada de ello es confuso ni negativo, al contrario, es un libro luminoso para los que amamos las artes escénicas y nos gusta aprender de los demás y descubrir esos secretos que con generosidad el autor pone negro sobre blanco.
Este es un libro que seduce. Seduce porque es auténtico. Evocador. Pedro desnuda sus pensamientos, mayoritariamente teatrales, pero también políticos, personales… salta, navega, va de un lado a otro, y ese desarrollo es muy atractivo para la lectura, porque nos permite sentir mejor aquellos días de desconcierto que vivimos. Cuando el teatro pasó a ser su tabla salvadora. Incluso desde el encierro Pedro encontró el camino, no detenerse, seguir, seguir, ahondar en sus cavilaciones, en sus procesos de creación, entregarse a todo aquello que ama. Un acto de amor. Un acto de vida. La vida que se sobreponía y vencía a aquellos días de tristeza y oscuridad. Y el teatro y la vida de Pedro Álvarez-Ossorio estaban ahí para dar fe de ello.
Alfonso Zurro
Madrid, 2021. 390 págs.
ISBN: 978-84-17189-41-9
La edición de este libro se realiza con la colaboración del Centro de Investigación y Recursos de las Artes Escénicas de Andalucía.
Es un proyecto del programa Ágora.