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El Ballet Romántico en el Teatro del Circo de Madrid (1842-1850) demuestra que, durante la década de 1840, el ballet ocupó un lugar destacado en la vida escénica madrileña. Este periodo glorioso del ballet en nuestro país se ha visto sometido durante años a un incomprensible e injusto olvido, convirtiéndolo en desconocido e inexistente. Este libro presenta un mundo sorprendente y se centra en la presencia, relevancia, desarrollo y recepción del ballet romántico escenificado en el Teatro del Circo de Madrid durante la década de 1840. Durante estos años, no solo pasaron por el Circo algunos de los grandes bailarines del momento –Marius Petipa, Guy Stephan o Sofia Fuoco–, sino que se ofrecieron grandes títulos del repertorio, desde Giselle hasta El Corsario. Se crearon además producciones propias y la actividad coreográfica y lírica que se desarrolló estuvo estrechamente relacionada con lo que se programaba en los escenarios europeos.
Laura Hormigón, bailarina de reconocido prestigio internacional, se ha sumergido una vez más en el campo de la investigación histórica y ha realizado una exhaustiva indagación, en una documentación compleja y difícil, sacando a la luz de forma rigurosa lo que fue el ballet durante ese periodo y su importancia. El resultado ubica, merecidamente, al ballet al mismo nivel que otras manifestaciones escénicas como la ópera, la zarzuela o el teatro de esa época.
Rescatar la presencia y memoria del ballet romántico escenificado en el Teatro del Circo era necesario y completa un panorama mucho más rico de lo que se creía, ocupando un lugar central en la escena española de mediados del siglo XIX
Laura Hormigón es bien conocida por su intensa labor en el campo de la historia del ballet con referencia a su país de origen. Doctora en Musicología, ha preferido el ballet como su campo de investigación en el que ya ha contribuido con sustanciosos e importantes estudios como, por mencionar un ejemplo, su libro Marius Petipa en España (1844-1847). Memorias y otros materiales. El presente libro es su tesis doctoral.
En el año 2011 recibió el Premio Leandro Fernández de Moratín para Estudios Teatrales por su libro Marius Petipa en España (2010), con lo que, de algún modo, estamos “hermanados” ya que recibí el mismo premio seis años más tarde.
Hija de una conocida actriz y de un director de escena e incansable investigador en ese mismo ámbito, no es raro que Laura haya consagrado su vida a ambos campos; pero en vez de actriz, escogió el ballet y su tarea como investigadora se ha concentrado mayormente en esa área, como puede verse en su bibliografía.
Pero antes logró enormes éxitos como bailarina y basta mirar las fotos en las páginas 16 y 19 para verificarlos: en la página 16 foto de un momento clásico del segundo acto de El lago de los cisnes en Nueva York (2003) y en la página 19 otra inolvidable pose del ballet Giselle en la Habana (2004).
Yo tuve la enorme suerte de verla bailar con el Ballet Nacional de Cuba en los años 90 en Madrid, ballet fundado y dirigido por la famosa bailarina Alicia Alonso a quien presencié en innumerables ocasiones cuando formaba parte de la compañía American Ballet Theatre. Fue durante los años de la segunda Guerra mundial, cuando esta Compañía, faltándole Europa, programaba largas temporadas en el Hollywood Bowl, al que yo era adicto pues tenía acceso, como estudiante de UCLA (1943-1944), a los actos allí programados por la modesta suma de 75 céntimos de dólar.
Fue en el Hollywood Bowl donde logré ver a Léonide Massine en el papel de Petrushka en el ballet de ese mismo nombre que, en esa ocasión, dirigió el compositor de su música, nada menos que Igor Stravinski (a quien logré conocer después del final del programa). Menciono estos datos autobiográficos para justificar el que ahora reseñe el estupendo estudio de Laura Hormigón, no siendo un investigador en el campo del ballet pero sí un devoto aficionado.
El presente estudio, de más de 550 páginas, investiga minuciosamente el contexto en el que bailarines y coreógrafos como Marius Petipa (ya estudiado anteriormente por Laura) y otros famosos bailarines y bailarinas, estuvieran en Madrid de 1842 a1850, y sus actuaciones en el Teatro del Circo de esa ciudad.
Es significativo citar la primera frase del profesor Víctor Sánchez en sus párrafos introductorios al libro de Laura, porque resume la gran importancia histórica de este estudio:
El ballet siempre ha ocupado un lugar mínimo en los estudios de la historia del arte escénico en España, hasta el punto que muchos han pensado que era inexistente. (p.13)
Y, como añade luego, “Este libro nos abre un mundo sorprendentemente desconocido”. De ahí su gran importancia. Pero, además, hay que destacar el exhaustivo trabajo de investigación que este estudio representa. En su “Presentación” autobiográfica, al referirse a su anterior libro Marius Petipa en España (1844-1847), declara:
Mientras llevaba a cabo esa investigación pude constatar los grandes vacíos que existían, y existen, en la historiografía del ballet en España y todo lo que faltaba por estudiar sobre la presencia del ballet romántico y sus figuras en nuestro país, así que me planteé, como proyecto futuro el profundizar en ese tema. (p. 17)
Y el resultado de ese proyecto futuro es este maravilloso estudio que ampliamente cumple con su cometido.
La “Primera Parte”, de las dos en que divide su libro, nos da el trasfondo de su proyecto al discutir el Ballet Romántico en su esencia: sus características, técnica y estilo; y su difusión y presencia en las óperas de la época. Luego pasa a describir el teatro y la sociedad en el mundo isabelino en el que transcurren los ballets románticos presentados en el Teatro del Circo de Madrid durante los años 1842-1850. Y es entonces que enfoca la historia del Teatro del Circo. Y, finalmente, se centra en el meollo de su estudio, el ballet en el Teatro del Circo, lo que la lleva a dar una detallada historia de “los maestros de baile del Teatro” y los bailarines más destacados que interpretaron los ballets, empezando por los que inauguraron esas temporadas de ballet, pasando luego a un estudio de las grandes estrellas que allí bailaron y termina con el grupo, no menos interesante, de los bailarines y bailarinas secundarios.
En la “Segunda Parte” enfoca los ballets que se representaron en el Teatro del Circo que divide en dos secciones: aquellos cuya temática era fantástica o sobrenatural, y los de temática realista. Sus “Conclusiones” son de sumo interés; en particular la última de la lista de once en la que destaca algunas preguntas difíciles de elucidar y que el lector deberá tomar en cuenta.
La “Bibliografía” es exhaustiva: 16 páginas nutridas. Pero el libro no termina allí. Sigue una interesantísima sección de “Anexos”: Un listado de los integrantes de las compañías de baile de1842-1850, seguido de la Cartelera de Ballets y Óperas durante esos mismos años. En total, 54 páginas, de 499 a 543. Estos dos listados son, en sí mismos, una muy notable contribución a la historia del ballet en España.
Creo justo terminar esta corta reseña (para un libro de las dimensiones del presente) con un homenaje a Laura Hormigón por haber dedicado su vida, desde los cuatro años, cuando, según ella misma, tuvo claro “que quería ser bailarina de ballet” hasta que en 2010, “una importante lesión” la obligó a retirarse de los escenarios. Pero en ese largo intervalo tuvo una exitosa carrera como primera bailarina en importantes compañías de ballet que la llevaron a numerosos países de Europa y las dos Américas que incluyeron las dos capitales del ballet clásico: San Petersburgo y París. Aun en su retiro ha continuado su dedicación al ballet con numerosas publicaciones sobre este tema que culminan, pero no terminan, con el presente libro. Porque como ella misma afirma, “considero que este trabajo no supone un punto final” (p. 19).
Y, como si fuera poco, ha dado a luz una preciosa hija a quien dedica este libro con las siguientes palabras: “A mi hija Vera, mi mayor alegría”. Chapeau!
Rodolfo Cardona. Boston, USA
Madrid, 2017, 576 págs.
ISBN: 978-84-17189-01-3